FAMILIAS: CONTRATO

En la entrada de hoy me centraré en la elaboración de un contrato con mi alumno TEA con el objetivo de que a través de una negociación una conducta que le cuesta esfuerzo controlar desaparezca ofreciéndole una gratificación en consecuencia.
He de recordar que mi alumno tiene 4 años por lo que la base de mi contrato es muy visual.

En primer lugar, tras observar diversos días a mi alumno, me reúno con su familia para comentarles que observo que cuando se aburre o pone nervioso tiene tendencia a coger una puerta ( entrada, cocinita, armario...etc) y no para de abrir y cerrarla. He trabajado con él de diversas formas este aspecto, explicándole que se puede pillar los dedos, argumentándole que la puerta se puede romper, ofreciéndole otra actividad...etc. Sin embargo, las estrategias que he utilizado no surgen efecto y sigue presentando dicha conducta.
La familia me transmite que en casa le ocurre lo mismo y tampoco son capaces de darle salida a esa conducta de otra forma.
Por ello, decido elaborar un contrato con mi alumno en el que cada vez que comience a cerrar y abrir la puerta, autocontrole esta conducta para así conseguir una gratificación. Por ello, pido opinión a las familias sobre cuál puede ser ese refuerzo positivo que se le ofrezca y llegamos a la misma conclusión: le encanta sentarse a leer cuentos y cuando lo hace nunca le parece que ha estado el tiempo suficiente.
Así que decido realizar un mural visual que colgaré en clase y la familia también usará en casa para conseguir nuestro objetivo.
Primero, se lo explicaré a mi alumno y cada vez que aparezca dicha conducta se lo recordaré, si consigue dejar de abrir y cerrar la puerta, podrá estar un poquito más de tiempo en el rincón de biblioteca.
A continuación, os dejo el enlace que os permite acceder a dicho mural:

https://padlet.com/rmm_1885/qtzoaxajvsqe

Tras varias semanas usando el mural, tanto la familia como yo hemos conseguido grandes avances, ya que la gran motivación que le genera la lectura de un cuento, le lleva a esforzarse a controlar dicha conducta. Al principio, le costó un gran esfuerzo, llegando a grandes momentos de frustración donde no podía controlar su conducta, pero ahora en la mayoría de las situaciones, consigue dejar de cerrar y abrir la puerta. ¡Gran trabajo!